Let's talk business | Jacob Raimond

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Bar 'The Rabbit Hole' | con Jacob | Antes de comer

El día había amanecido increíblemente soleado aquella mañana de —quien lo diría— Diciembre, haciendo que todos los habitantes del pueblo se sintieran, cómo no, con un estado de ánimo muy superior al que pudieran tener normalmente. Si le preguntaran al Doctor Fakhîr sobre aquello cualquier otro día, él hablaría de la melatonina, lo que interviene en ella la luz y lo que a su vez influye sobre los cambios y estados de humor, pero en aquella ocasión, no iba a caer la breva. Claro que no. No por nada se había tomado unas vacaciones de su trabajo... Al menos parcialmente.

La noche anterior había recibido una llamada de un viejo conocido, el relojero del pueblo, Mr. Raimond, un hombre sencillo al que todos veneraban en Storybrook. Tras esta, Fakhîr había quedado en que recibiría a su hijo, un estudiante de Medicina de último curso, al día siguiente, más que nada, para "asesorarlo", de alguna manera, en lo que en nada se le echaría encima. Por supuesto, el doctor Muajad no hacía nada de gratis, simplemente —aunque el relojero siquiera fuera consciente de ello— devolvía un favor que hacía tiempo este le había hecho con el viejo Rolex de la familia. Fakhîr nunca olvidaba...

Tomó así sus Ray-Ban y su chaquetón color azabache, y salió de casa el doctor dispuesto a encontrarse con el joven aprendiz allá donde habían quedado. Fue el Árabe quien la noche anterior propusiera quedar en uno de los bares de la zona, creyendo hacer de aquel encuentro una agradable charla de la que Jacob, que así se llamaba, pudiera sacar algo en claro. La frialdad de una oficina nunca deja ver bien las intenciones de la gente, y ante todo necesitaban ver en qué planta del hospital quería trabajar de verdad el muchacho. Era de su futuro de lo que hablaban, algo sin duda importante para él, pero también para los potenciales pacientes.

Llegó al lugar unos minutos escasos antes de la hora, pero aprovechando el sol que alumbraba la fachada externa de ese establecimiento, Fakhîr decidió esperar a su compañero en la calle.

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Bar 'The Rabbit Hole' | Fakhîr | Antes de comer

Aquella mañana, Jacob se había despertado con la luz del sol en la cara...Nada más amanecer. Para un día que no tenía clases...Suspiró con resignación y se levantó, procediendo a vestirse tras una ducha rápida. Por lo general, no le disgustaba que hiciera sol, pero aquella noche había confiado en un señor del tiempo que había dicho que llovería, así que dejó la persiana subida para poder levantarse con el frescor que le proporcionaba aquel fenómeno meteorológico, pero no. Hacia sol. Maravilloso. Supuso que entonces su casa, la que compartía con varias personas más desde hacia realmente poco, estaría bastante activa.  

Escabulléndose entre gatos y demás consultó el reloj de la cocina mientras se hacia el desayuno, procurando que no se le hiciera tarde para la cita que la madrugada anterior, sus padres habían tenido el beneplácito de concederle con el director del hospital donde haría sus prácticas el año siguiente. No es que no lo agradeciera, que lo hacía y con mucho, pero habría agradecido que le hubieran avisado con algo más de tiempo. Pero así eran sus padres, siempre rodeados de él y aún así, nunca eran conscientes del de los demás.

Cuando terminó de desayunar, alistó ligeramente la casa y se vistió con lo más adecuado que encontró, pues, aunque habían quedado en un bar, quería causar una buena impresión, así que, una camisa azul con el cuello sin abotonar y sin corbata, le pareció una idea maravillosa, combinándola con unos vaqueros, ese tipo de pantalón que podía parecer formar e informal según el enfoque que les dieras. Así que el conjunto le pareció perfecto. Iba informal, pero arreglado, porque absolutamente no quería transmitir lo desordenado o torpe que podía llegar a ser. Por último, se arregló el pelo y salió despidiéndose de sus compañeros, dirección al Bar “The rabbit Hole”.

Cuando por fin llegó, se encontró al hombre con el que había quedado en la calle, reconociéndolo por sus rasgos árabes, de los que le habían hablado sus padres con anterioridad. Tragando saliva, y pasándose con nerviosismo las manos por el pantalón antes, para limpiarse el posible sudor, tendió la mano al hombre y se atrevió a preguntar.

– Usted debe ser el señor Muajad, ¿verdad?

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Bar 'The Rabbit Hole' | con Jacob | Antes de comer

Una suave brisa revolvía los cabellos del hombre quien, aún pegado sobre la pared del bar que se hacía llamar  “The rabbit Hole”, esperaba dubitativo la llegada de su invitado. El sol le daba en la cara, agradeciendo el Árabe haber traídos sus gafas, y aquella agradable temperatura le llevó inmediatamente un recuerdo a la mente. Por Alá, cómo echaba de menos el tabaco... "Precisamente lo dejaste por él..." Se obligó a pensar para que aquellas ganas desaparecieran. Tan solo esperaba que nadie saliera a fumar en su espera, o terminaría pidiendo un pitillo...

Mas no tuvo que hacerlo. El chaval apareció puntual, vestido de lo que parecía ser una forma desenfadada, pero a la vez seria y adecuada para la ocasión, por no mencionar que pareció reconocerlo sin problemas, pequeñas cosas que el doctor Muajad agradeció en lo más profundo de su ser. No era un hombre de mucha palabra, tampoco lo era de muchos amigos... Todo cuanto alguien le facilitara para caerle en gracia era tomado en cuenta.

—El señor Raimond, imagino... —Respondió al tiempo que retiraba sus gafas de sol para estrecharle la mano con la contraria.— Pase, pase. Tenemos mucho de lo que hablar, ¿hm?

Amablemente, y como hacía con todo el mundo, Fakhîr abrió la puerta del establecimiento y la mantuvo abierta unos instantes, esperando a que el chaval fuera quien diera el primer paso hacia aquel agujero de conejo en el que iban a refugiarse. Centrado aún más en sus cosas que en el hecho por el que ambos se habían reunido allí, el Árabe tomó consciencia de que un trozo de piel de las nueces que había tomado como aperitivo antes de salir de casa se le había quedado entre los dientes, justo entre la encía, tratando de llegar así a ella con la lengua, disimuladamente. Era imposible.

—¿Va a querer tomar algo? ¿Un café, una cerveza? —Dijo retirándose el chaquetón para dejarlo sobre la silla elegida para la charla. La pielecilla continuaba haciendo de las suyas y el doctor seguía tratando de alcanzarlo como podía cuando creía que el joven no miraba. Por unos instantes, deseó meter su dedo en la boca con tal de sacarlo, pero ese comportamiento era inadmisible en él. "Quién narices me mandaría..."

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Bar 'The Rabbit Hole' | Fakhîr | Antes de comer

Sonrió de lado a lado cuando supo que no se había equivocado. En efecto era él. Y no era para alegrarse menos, pues Jacob solía confundirse muy  a menudo, o meter la pata...empezar con buen pié era fundamental, sobretodo cuando pese a la informalidad de la que iba a ser tratado, la verdadera intención de aquello era un asunto relacionado con el trabajo. Su futuro trabajo.

– Sí, soy yo. Un placer.

Estrechó la mano de aquel hombre y  procedió a entrar por la puerta que le había dejado abierta para que pasara primero, y esperó dentro a que le acompañara, dándole las gracias con un gesto de cabeza. Tras eso, y sin fijarse demasiado en lo que su acompañante estuviera o no haciendo, se quitó la chaqueta y buscó un sitio con la mirada donde pudieran sentarse. Por fin localizaron uno libre y fueron hacia él.

– Ah, un café está bien, después tendré que seguir estudiando y una cerveza podría ser fatal – Sonrió con nerviosismo, esperando no dar más información de la que debería y no estando demasiado seguro sobre si Fakhîr estaría incómodo recibiendo una explicación que no había pedido, lo cual, pensándolo, a Jacob le parecía más que razonable. Intentando no pensar demasiado en ello, dejó su propia chaqueta en la silla y aunque notó que Fakhîr hacía cosas algo extrañas, prefirió ignorarlo. No sería de buena educación...¿y si tenía un tic? Tenía que centrarse en otra cosa con rapidez. – ¿Qué quiere usted? Iré yo a buscarlo si quiere, así no habrá que esperar al camarero.

Y ahí estaban otra vez sus explicaciones no preguntadas. ¿Por qué tenía la manía de hacer eso? Se sentía como en una entrevista de trabajo y rezaba por no cagarla tan pronto como lo hizo la última vez que se sometió a una..después de todo, era un contacto de sus padres, no debía cagarla si no quería recibir luego llamadas molestas o inoportunas. Decidió esperar por la respuesta, y cuando la tuvo, fue directo a pedirlo, por miedo a lo que podría pensar su futuro jefe de él. Porque daba por hecho que de no salir del pueblo - y dado que no tenía ganas de hacerlo por el momento - aquel hombre sería algún día su jefe.

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Bar 'The Rabbit Hole' | con Jacob | Antes de comer

Alzó una ceja con sorpresa al ver lo mentalizado que estaba el chico con sus estudios. Cualquiera en su situación habría aprovechado las horas que eran para tomar una cerveza y despejarse, más cuando los estudios tomaban, probablemente, más horas de su vida de lo que lo hacía cualquier otra cosa. Podría haberle parecido forzado, preparado. "No, mire que sano soy. Prefiero un café. Contráteme". Pero desde luego su respuesta no se acercaba para nada a eso, sino que se mostraba así como un chico sencillo y sincero. Bien por él.

—Me parece perfecto. —Aquello fue lo único que acertó en decir el médico, concentrado aún en la maldita piel que danzaba a su antojo por entre sus dientes. Quizá si fuera a pedir él los cafés podía sacar algo de tiempo para sacarla...— Claro, un café solo.

Pues iba a ser que no. El muchacho se le adelantó en sus planes, así que, sonriendo sin enseñar demasiado los dientes, tomó asiento en la silla elegida pensando en un segundo plan. Si quiera se paró a pensar en lo servicial que era aquel muchacho, en como eso podría repercutir en su carrera, en su trabajo y, en definitiva, en su hospital. Lo único que quería Fakhîr era deshacerse de aquella piel. Tapando su boca con las manos y asegurándose previamente de que absolutamente nadie en el local lo miraba (tampoco era esto muy difícil, el antro estaba medio vacío), Fakhîr consiguió remover al fin la piel de la nuez de entre sus dientes, sintiendo un profundo alivio por haber resuelto la situación antes de que Jacob volviera. Maldita fuera su suerte.

—Bueno, Jacob. —Dijo pronunciando su nombre cuando este volvió de la barra con ambos cafés, tratando siempre de mostrarse abierto a ayudar y adoptar una postura agradable hacia él. Aquel era un encuentro informal, sí, pero si no sabía tratarse como lo que era, la cosa podía ponerse tensa e incómoda, sobre todo para aquel chaval. Trataría primero de romper el hielo.— ¿Cómo van esos estudios? ¿Tienes ganas de empezar ya las prácticas?

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Bar 'The Rabbit Hole' | Fakhîr | Antes de comer

Aquel hombre causó una impresión la mar de curiosa en Jacob, pues, parecía demasiado conciso y serio para lo que tenía en mente...o lo que solía conocer de los amigos de sus padres. Y él no es que fuera el culmen de la comunicación, así que sintió que tendría que esforzarse por sacar conversación, e incluso por intentar hablar de algo más amigable que el empleo en sí. ¿Pero cómo?  ¿Cómo se suponía que hacía la gente esas cosas? Se rascó el pelo con frustración mientras esperaba a que el camarero le atendiera en la barra.  

Disculpe...eh... póngame dos cafés   – El camarero le preguntó si era para barra o mesa, intentando concienciarle de que si era en mesa no debería haber ido. Buena suerte, señor camarero. Otra cosa no, pero con sus decisiones, Jacob solía ser más que cabezota. – No se preocupe por eso, señor.

Y tras eso, cuando por fin le puso los dichosos cafés, Jacob suspiró aliviado y se dirigió a la mesa donde Fakhîr le esperaba. Depositó los cafés en la mesa con el máximo cuidado del que era capaz de echar mano para no tirar nada,  y se volvió a sentar, observando que su acompañante había dejado de poner una expresión rara. ¿Quizás había mejorado su impresión de sí mismo? Bien, ahora debía esforzarse por no estropearlo.  Sonrió tímidamente ante las preguntas, contento ante el hecho de que Fakhîr empezara con algo así de simple para romper el hielo.

–   Ah, b-bien, la verdad es que podrían ir mucho mejor pero...los mantengo – Incluso se atrevió a reírse un poco, antes de responder a lo siguiente. –   La verdad es que sí,  tengo bastantes ganas de dejar un poco lo teórico para por fin poner en práctica lo aprendido en un campo real...aunque le seré sincero, pese a que tengo ganas...también me da un poco de miedo – No supo muy bien por qué acababa de confesar aquello, pero no pudo más que terminarlo agachando la cabeza. ¿Y ahora qué? –   Q...que...¿qué tal es el día a día?

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Bar 'The Rabbit Hole' | con Jacob | Antes de comer

En silencio y al fin con un rostro que no denotara incomodidad, Fakhîr se dedicó a observar meticulosamente los movimientos de aquel chaval. Estaba claro que su presencia le ponía nervioso. ¿Llegaba a imponerlo? Bueno, entraba dentro de lo posible, pero lo que de verdad le agradaba ver al Árabe era que, aún bajo tales circunstancias, su pulso no temblaba. Era algo con lo que los médicos y demás sanitarios debían de lidiar y, aunque se aprendiera con años y años de práctica, si era un don personal el camino terminaba de hacerse menos arduo. Aún recordaba como su pulso tembló la primera vez que tuvo que hacer una exploración... Nada bueno para ser un ginecólogo.

Cruzó las piernas y se recostó sobre la silla, llevándose un dedo (y en consecuencia el resto de la mano) a la zona donde el bigote había quedado bien rasurado aquella mañana, y adoptó una postura mucho más desenfadada mientras escuchaba al chaval. Lo último que quería es que aquello se convirtiera en una entrevista de trabajo. De esas tenía ya demasiadas. Cada detalle en el tono de su voz, su tartamudeo o su ilusión quedaban grabados en la retina y en la mente del doctor y, aunque esto no fuera a servir de nada, por supuesto, le ponía una nota. Solo esperaba que una vez liberados los nervios, esta no hiciera más que subir.

—La teoría es una auténtica pérdida de tiempo, que dirían algunos. ¿Hm? —Tomó la taza entre sus manos y, reclinándose lo justo para poder acceder bien a su café, tomó un trago.— Pero necesaria. Por supuesto, verás que la práctica es mucho más interesante y llevadera, pero... ¡Ay, amigo! Es lo que toca.

Dejó de nuevo la taza sobre su correspondiente platito y se rascó la cabeza en aquella ocasión. Aquella pregunta ya era más difícil...

—Bueno, yo diría que todo depende mucho de la ocupación que tengas y, sobre todo, el turno que hagas. En las guardias verás todo tipo de cosas, desde partos hasta trasplantes, pero todo tiene su hora y su época. —Hizo una pausa planteándose en sí de nuevo la pregunta. ¿Serviría aquello para responderla?— ¿Qué especialidad te gustaría hacer a ti, Jacob?